La fatiga del tendón de aquiles
Las tendinosis y las paratendinosis aquileas, ese dolor insidioso en la parte posterior e inferior de la pierna, pueden terminar por convertirse en una rotura del tendón de aquiles, un problema con una única solución: la cirugía. Como prevenirlo?
Las tendinosis aquileas debutan como un dolor insidioso en la parte posterior de la pierna, debajo del gemelo y se extiende hasta el talón. Cursa como una molestia que va en aumento, es notoria al final de los entrenamientos y sobretodo por las mañanas, al levantarse de la cama, al bajar escaleras.
Los tendones son formaciones de colágeno ordenadas en línea con la carga que soporta el músculo correspondiente para realizar su función movilizadora de palancas óseas. En el caso del tendón de aquiles esta función es la de mantener la línea de carga de los gemelos y el sóleo y por ello esta íntimamente relacionado con las fases de la marcha y la carrera. Cuando el pie realiza la flexión dorsal (la punta del pie hacia arriba), se tensa y cuando el pie realiza la flexión plantar (la punta del pie hacia abajo) se relaja. La rotura de un tendón de aquiles dificulta la deambulación y es fácil de determinar con la prueba de Thompson. Se presiona sobre los gemelos con el paciente en decúbito prono, los pies fuera de la camilla. Es positivo (tendón roto) cuando con esa presión el pie no se mueve. El signo más claro es el denominado «hachazo». Una solución de continuidad en el recorrido del tendón.
Entre las causas de la rotura del tendón de aquiles podemos destacar su sobreuso, aunque este extremo es muy controvertido y no hay acuerdo al respecto. Parecen actuar otros factores. Uno de ellos es la fatiga tanto física como estrés emocional. Es común que en el relato de un paciente que sufre rotura del aquiles, encontremos muchas horas de trabajo, mala alimentación, falta de sueño reparador, o estrés emocional de otro tipo. La rotura de un tendón de aquiles es un auténtico desastre vital. LLega siempre como una noticia lacerante. No es para menos. Esperan un quirófano y varios meses de recuperación. Las técnicas de reparación van desde las tradicionales abiertas hasta las más modernas percutáneas. Los resultados son variables y dependen del tipo de rotura, del paciente (edad, sexo, condición física) y lógicamente de la pericia del cirujano. La rehabiliatación es larga (entre 6/8 meses) y condiciona mucho la vuelta a la actividad. Hay que tomarse el tiempo necesario y no ahorrar recursos en encontrar un buen rehabilitador y fisioterapeuta.
El paciente medio es un varón de mediana edad,que responde al perfil de profesional saturado de trabajo, que libera su tensión en el juego y el deporte o la actividad física. Es la mayor parte de las veces un sujeto que no tiene planes de entrenamiento reglados ni ha realizado pruebas de control médico antes de iniciar la actividad que realiza. Simplemente ha comenzado a jugar a pádel, a correr, jugar otra vez al fútbol con los amigos o a pedalear.
Mantener una actividad física bajo control después de los 40 años no es una cuestión de modas. Es una cuestión de salud y sentido común.
Si va a comenzar un plan de trabajo físico, enhorabuena!! ha elegido un camino plagado de satisfacciones y buenos momentos. Haga dos cosas antes de comenzar, sea la actividad que sea: Realice un chequeo con su médico deportivo y que esta revisión incluya una prueba de esfuerzo. Hoy ya son pruebas sencillas y baratas.
Si su actividad está relacionada con la raqueta, el triatlón, la carrera, el fútbol o la bicicleta además de lo anterior, asegúrese que:
1.- Realiza el ejercicio deportivo sin cargas emocionales excesivas. Dese un tiempo si está muy atareado, enfadado o con mucha carga laboral. Incluir momentos previos de relajación pueden ayudarle mucho a no pasar por un quirófano.
2.- Use ejercicios de calentamiento al inicio de la actividad. Asegúrese que comienza su actividad física habiendo aumentado la temperatura de la musculatura que va a ejercitar. No incluya ejercicios de estiramiento en esta fase, podrían perjudicarle.
3.- Use los estiramientos al final de las sesiones. Es especialmente importante que estire los isquiosurales y los gemelos. Hágalo de forma suave y sostenida
4.- Si comienza a sentir molestias en las pantorillas (cargadas) o se levanta por las mañanas con dolor en los talones, no piense que es un problema pasajero. Su aquiles le está avisando que algo no anda bien. Consulte con el trauma deportivo. Existen multitud de ejercicios de prevención específicos para parar el problema. La utilización de inmunomoduladores infiltrados, es esta fase, nos ha dado muy bueno resultados a quienes trabajamos con deportistas.
Tome la prevención de bajar las escaleras de lado y escalón por escalón. Camine poco y no realice actividades que exijan incertidumbre (un adversario, un balón). En esas los movimientos no controlados son los más comunes y es siempre allí donde ocurren las roturas.
5.- Acostúmbrese a ejercitarse a una determinada hora del día y no haga demasiados cambios en sus horarios de entrenamiento
6.- Manténgase bien hidratado. Beber poco y muchas veces le ayudará. Beba soluciones isotónicas si las actividades se extienden más de 15 minutos
7.- No cometa el error imperdonable de no darse un tercer tiempo. El post partido es esencial para su salud física y mental. No necesita un bar para eso. Relájese con sus compañeros, comente la jugada y peguese una ducha antes de irse a casa. Las prisas o salir sudado del partido/entrenamiento (ya me ducho en casa) es un atajo a las lesiones tendinosas y musculares.
8.- Mantener una dieta equilibrada es tan importante como saber qué es una dieta equilibrada. No piense que comer de todo lo es. Consulte con su médico después del chequeo, que seguramente contendrá una analítica básica.
En definitiva, el tendón de aquiles «tocado» es un enemigo íntimo. No le perdonará el abandono ni la desidia. Una evaluación previa, un plan de entrenamiento bien planificado y la idea de usar la medicina deportiva como elemento preventivo es, creemos, no solo una idea razonable sino su mejor seguro para disfrutar de su deporte preferido